Tradicionalmente asociada a una comida pesada, hoy la cura de detoxificación ( también llamada antiguamente drenaje, o limpieza del organismo) tiene cada vez más relevancia a lo largo del año: sea por nuestros estilos de vidas más ‘nómadas’ pikeando comidas fuera que no deberíamos o debido a las contaminaciones de nuestro organismo por la exposición a contaminantes ambientales , la detoxificación hepática no es sinónima de primavera sino de una prevención constante a lo largo del año.
Entonces, la cura de détox, sí! también todo el año
Aquí nuestro hígado juega el papel principal: en ese órgano estan reciclados los residuos del metabolismo- el proceso de ‘detoxificación mismo’ – que ocurre en 2 etapas para poder transformar las sustancias extranjeras al organismo (xenobióticos) en sustancias solubles eliminables por la bila y los riñones.
En la primera fase (vía de los citocromos) los residuos son transformados primero en metabolitas, intermediarios potencialmente peligrosos, que se tienen que transformar rápidamente en productos no tóxicos en una segunda etapa.
Aquí está el punto débil y donde las plantas nos ayudarán a reforzar la capacidad de detoxificación del hígado: estimulan esa segunda fase y facilitan la eliminación de los xenobióticos y de los residuos del organismo.
En Serpens, nuestra preferencia irá hacia la mezcla de Curcuma/ alcachofa y rábano negro.
A nivel renal, se trata de favorecer la excreción de los residuos azotados y asegurar el equilibrio hidroelectrolítico del organismo. Favorecemos las plantas diuréticas que eliminan el sodio, el cloro y el ácido úrico mientras mantengan el potasio: reina de los prados, cola de caballo, fresno, abedul, maté, carqueja. Pero también el Triphala.
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