Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección La respuesta inmunitaria depende de la presencia de ciertos micronutrientes. Históricamente, el micronutriente más relacionado ha sido la vitamina C, pero no es el único micronutriente esencial para su funcionamiento, son varios, y presentan funciones sinérgicas basadas en su […]

Written By MiMédico

On 04/17/2020
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Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

La respuesta inmunitaria depende de la presencia de ciertos
micronutrientes
. Históricamente, el micronutriente más relacionado ha sido
la vitamina C, pero no es el único micronutriente esencial para su
funcionamiento, son varios, y presentan funciones
sinérgicas basadas en su modo de acción complementario.

Para combatir los microorganismos patógenos, el elaborado sistema de defensa inmunitaria comprende barreras físicas y bioquímicas, células inmunes especializadas y anticuerpos que se dirigen específicamente al patógeno (ver Figura 1). El sistema inmunitario también ayuda a reparar el daño causado por parte de agentes externos, como contaminantes ambientales y toxinas innatas en los alimentos (por ejemplo, carotoxinas en zanahorias, persinas en aguacates, solanina en patatas y lectinas en las habas).

Cada etapa de la
respuesta inmune
depende de la
presencia de ciertos micronutrientes
, que tienen roles sinérgicos basados
​​en sus modos de acción complementarios. Primero, determinados micronutrientes
(p. ej., vitaminas A, D, C, E y zinc) son necesarios para garantizar la
integridad estructural y funcional de superficies externas e internas del
cuerpo (es decir, la piel y todas las membranas mucosas), que son las barreras
físicas. Estas barreras, junto a las barreras químicas, representan una primera
línea de defensa contra los patógenos invasores.

En los procesos de la inmunidad innata, como la diferenciación, la función, el movimiento
celular y la capacidad para crear una explosión oxidativa efectiva, depende de
cantidades adecuadas de vitaminas A, D, C, E, B6, y B12, ácido fólico, hierro,
zinc, cobre, selenio y magnesio. Del mismo modo, respuestas químicas como la activación del sistema del complemento y la
liberación de citoquinas proinflamatorias
requiere cierta cantidad de
vitaminas y minerales (en particular, vitaminas A, D y C, zinc, hierro y
selenio). La respuesta inflamatoria cierra la brecha entre la inmunidad innata
y la adaptativa, y está regulada por las vitaminas A, C, E, y B6, así como
hierro, zinc y cobre. Respuestas inmunes adaptativas depende nuevamente de la
presencia de una variedad de micronutrientes en todas las etapas (es decir,
proliferación, diferenciación y función linfocitaria, y procesos de inmunidad
humoral y celular). Al mismo tiempo, los
micronutrientes están involucrados en la autoprotección de las células inmunes

(a través de mecanismos antioxidantes, por ejemplo, vitaminas C y E, zinc,
hierro, magnesio, cobre y selenio), acciones inhibitorias (vitaminas D, B6 y E)
y eliminación de células deterioradas mediante apoptosis y eliminación
(limitación del daño tisular, por ejemplo, vitamina C).

El cuerpo puede perder micronutrientes cuando se expone a
patógenos
. La pérdida se exacerba durante una
infección activa (incluidas las vitaminas A, C y E, calcio, zinc y hierro), y
los niveles plasmáticos solo vuelven a la normalidad una vez que los síntomas
mejoran. Una ingesta adecuada de
nutrientes y micronutrientes es esencial para ayudar a la recuperación de la
infección
, lo que dificulta aún más el hecho de que la ingesta de alimentos
puede disminuir durante la enfermedad y que el uso de antibióticos y otros
fármacos también puede agotar ciertos micronutrientes.

Por ejemplo, los
niveles de vitamina C en plasma caen rápidamente a la mitad de su concentración
original durante una infección, a niveles indicativos de un estado subóptimo
con un riesgo de deficiencia (es decir, 50 mol/L ). Sin embargo, la alta
ingesta de vitamina C requerida para contrarrestar la caída de la concentración
después de la infección (dosis de gramos), o incluso simplemente para ayudar a
reducir el riesgo de infección (100–200 mg / día), puede ser difícil lograr
cuando algunos datos muestran que las personas a menudo no alcanzan la dosis
diaria recomendada actual de vitamina C (25–90mg / día, dependiendo de la edad).

Efectos de la suplementación sobre el riesgo de infección

Claramente, existe
una justificación para complementar la
ingesta dietética con micronutrientes
. Las vitaminas y minerales tienen
papeles variados en todas las etapas del sistema inmunitario y es probable que la respuesta inmune se vea afectada cuando
los niveles de micronutrientes son insuficientes.
Los datos sugieren que muchas
personas tienen una ingesta diaria inadecuada de micronutrientes, incluso
cuando los alimentos nutritivos son más fácilmente disponibles. Se ha
demostrado que suplementar la dieta con micronutrientes deficientes mejora varias
funciones y respuestas de las células inmunitarias.

Se debe considerar
la fuente del suplemento de micronutrientes buscando formas orgánicas que
mejoren la biodisponibilidad, sobre todo en los minerales.

Se han informado
beneficios en estudios individuales, que sugieren que los micronutrientes
pueden tener potencial para restaurar la resistencia a ciertos tipos de
infecciones.

Micronutrientes en la reducción del riesgo y tratamiento de las infecciones agudas

Vitamina A. Hay evidencia de baja a moderada de que la suplementación con vitamina
A (50,000–200,000 UI cada 4–6 meses) en niños puede reducir la incidencia de
diarrea y sarampión. Sin embargo, otros análisis en niños no encontraron que la
vitamina A redujera significativamente la incidencia de neumonía o infecciones
del tracto respiratorio inferior (ITR).

Vitamina D. Cinco metaanálisis de estudios en su mayoría de alta calidad
demostraron que la vitamina D (300–3653 UI/día) en adultos y niños puede
reducir el riesgo de ITR. Mejores resultados fueron logrados en aquellos con un
bajo nivel de vitamina D al comienzo del estudio. La evidencia respalda los
beneficios potenciales de los suplementos de vitamina D para reducir el riesgo
de ITR, tuberculosis e influenza en adultos y niños, aunque otros análisis no
encontraron tal efecto contra ITR o diarrea.

Existe un beneficio
potencial de suplementación con vitamina D en niños y adultos con tuberculosis,
gripe o ITR y una reducción de la duración de la hospitalización. No obstante,
hay datos inconclusivos de suplementación coadyuvante en tratamientos con antibiótico
en neumonías.

Vitamina C. Los efectos de la vitamina C en la reducción del riesgo de resfriado
común han sido debatidos durante mucho tiempo. Un análisis de estudios en su
mayoría de alta calidad determinó que no hubo reducción en la incidencia en la población
general, pero la suplementación con vitamina C (200 mg/día) en aquellos que se
someten regularmente a ejercicio físico intenso redujo la incidencia del
resfriado común en más de la mitad. Se ha informado de una reducción en el
riesgo de neumonía después de la suplementación con vitamina C en adultos y niños,
particularmente cuando la ingesta alimentaria fue baja (estudios de calidad
baja a moderada). Finalmente, se sugiere que la suplementación con vitamina C
(100 mg / día) durante el embarazo puede reducir el riesgo de infecciones del
tracto urinario.

La evidencia de
alta calidad demuestra que la suplementación con vitamina C (200 mg/día, o
dosis terapéuticas de 4–8 g/día) en adultos y niños con un resfriado común
pueden reducir significativamente su duración y gravedad, acortan el tiempo de
confinamiento y alivian los síntomas que incluyen dolor en el pecho, fiebre y
escalofríos. Los mayores beneficios se pueden ver en los niños, aunque no hay
ensayos terapéuticos que hayan analizado los efectos de la vitamina C en el
tratamiento del resfriado común en niños. En personas mayores con neumonía, la
vitamina C puede reducir significativamente la gravedad de la enfermedad y el
riesgo de muerte, especialmente si los niveles plasmáticos son bajos
inicialmente. La duración de la neumonía también puede ser reducida después de
suplementar con vitamina C en adultos, un efecto que depende de la dosis.

Zinc. En su mayoría, la evidencia de alta calidad indica que la
suplementación con zinc (5–50 mg/día) puede reducir la incidencia de otitis
media en niños pequeños. Existe una reducción en la incidencia de ITR después
de la suplementación con zinc (20-140 mg/semana) en niños. Un análisis de
estudios en su mayoría de alta calidad demostró que el riesgo de ITR o neumonía
y diarrea o disentería puede reducirse en niños después de la administración de
zinc. Sin embargo, el análisis de estudios de calidad baja a moderada no
encontró efecto protector de zinc (5 a 20 mg / día) contra el riesgo de ITR en
niños, aunque hubo una reducción en la mortalidad asociada con ITR o diarrea.

La duración del
resfriado común puede reducirse en adultos y niños después de la administración
de zinc >75 mg/día, pero no a dosis más bajas. El tipo de sal de zinc
utilizada también puede tener un efecto, con mayores beneficios con el acetato
y gluconato de zinc en comparación con otras sales de zinc. Sin embargo, la
suplementación de zinc (10-20 mg / día) no tuvo un efecto significativo sobre
el tiempo de recuperación de la neumonía grave.

Hierro. La evidencia moderada y alta indica que la suplementación con hierro
en niños reduce el riesgo de ITR, pero no el riesgo general de infección u
otras enfermedades como diarrea o parásitos.

Multinutrientes
(MMN).
En niños, los estudios de calidad baja a
moderada demuestran que la suplementación con MMN puede reducir el riesgo de
infección y reinfección por helmintos. La suplementación con MMN resultó en
significativamente menos episodios de infección en los adultos más jóvenes. En
adultos mayores, la suplementación con MMN redujo el número medio de días que
pasaron con infección, pero no pareció tener ningún efecto beneficioso sobre el
número total de episodios experimentados. La suplementación puede ser más
beneficiosa en adultos mayores si están desnutridos y suplementados durante más
de seis meses.

Aunque existen algunos datos contradictorios o de baja calidad, la evidencia general disponible sugiere que complementar la dieta con una combinación de múltiples nutrientes, inmunocompatibles, podría ayudar a optimizar la función inmune y reducir el riesgo de infección.

Claramente, los micronutrientes son una parte integral
del sistema inmune
, y el cuerpo necesita niveles óptimos para una función
inmune efectiva. Está bien establecido que las deficiencias manifiestas de
micronutrientes pueden afectar negativamente al sistema inmunitario y
predispone a las personas a infecciones. Es probable que las deficiencias
marginales también estén asociadas con un mayor riesgo de infecciones, aunque
el efecto puede ser menos pronunciado que los observados con deficiencias
manifiestas. La ingesta micronutricional es inadecuado en todo el mundo,
incluidos los países industrializados, lo que puede aumentar el riesgo de
infección.

Además, la
creciente evidencia sugiere que la ingesta aumentada de algunos micronutrientes
por encima de las RDA puede ayudar a optimizar o maximizar la función inmune y
así mejorar la resistencia a la infección. Así, existe una brecha entre la
ingesta dietética y los niveles para una función inmune óptima, lo que
proporciona una justificación para complementar la dieta con micronutrientes
para ayudar a apoyar el sistema inmunológico y reducir el riesgo de infección.

Los autores finalmente
concluyen que vale la pena seguir investigando en la eficacia de los
micronutrientes y suplementos de MMN que apoyan el sistema inmune en dosis
superiores a las RDA, especialmente porque tienen un costo relativamente bajo y
están fácilmente disponibles, y tienen el potencial de reducir la carga global
de infección.

Gombart AF, Pierre A, Maggini S. A Review of Micronutrients and the Immune System-Working in Harmony to Reduce the Risk of Infection. Nutrients. 2020 Jan 16;12(1).


Material suplementario:
Tabla “Impacto de las deficiencias de micronutrientes y su suplementación en las funciones inmunes”. DESCARGAR


La Micronutrición Básica

La
Micronutrición Básica:
CN Base (adultos) o Petit CN
Base (niños, mujeres embarazadas y lactantes), Omega Base y Amino Base,

aporta los conjuntos micronutricionales necesarios para un óptimo
funcionamiento del sistema inmunitario. En su composición se escogen los
micronutrientes más biodisponibles, bioidénticos y/o bioaccesibles por el
organismo, para facilitar la mayor impregnación de los micronutrientes en
tejidos y células.

CN Base es un complemento micronutricional compuesto por vitaminas en sus formas más activas y biodisponibles, minerales en forma de citratos y cantidades efectivas de coenzima Q10 y ácido R-lipoico. Entre las formas activas de las vitaminas del grupo B, se aporta riboflavina 5-fosfato (FMN), piridoxal 5-fosfato (PLP), L-metilfolato (5-MTHF) y las dos formas coenzimadas de la vitamina B12, la metilcobalamina, presente en las reacciones citosólicas y la dibencozida, presente en las reacciones mitocondriales.

Petit CN Base es un complemento micronutricional compuesto por vitaminas, minerales, colina, fructooligosacáridos de cadena corta con acción prebiótica y Saccharomyces boulardii con acción probiótica. Entre las vitaminas destacan las formas activas y más biodisponibles del ácido fólico (metilfolato), vitamina B12 (metilcobalamina y dibencozida), vitamina B6 (piridoxal 5-fosfato), vitamina B2 (riboflavina 5-fosfato), vitamina D (colecalciferol), etc. Contiene hierro aminoquelado y zinc en forma de gluconato, junto a otros minerales en forma de citratos. Los conjuntos micronutricionales básicos asociados con micronutrinutrientes específicos como la colina y los simbióticos permiten abordar con un solo producto las deficiencias micronutricionales más frecuentes y requerimientos aumentados en la población pediátrica y gestante.
Disponible en dos sabores: neutro y naranja.

La Micronutrición Básica del Laboratorio LCN no presenta contraindicaciones ni interacciones con significación clínica con los fármacos comúnmente administrados.

Protocolos micronutricionales para COVID-19

ADULTOS

Prevención

  • CN Base: 1-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas

Si se presentan síntomas, aumentar a:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas
  • CN2: 1-1-0 más de 20 minutos antes de las comidas

En personas de edad avanzada o con comorbilidades, consulte con su Delegado Comercial del Laboratorio LCN o contacte con info@laboratoriolcn.com

NIÑOS

Niños de 4-7 años:

Prevención

Cuando hay síntomas

Niños de 8-16 años:

Prevención

Cuando hay síntomas

Productos LCN

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