Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

La respuesta inmunitaria depende de la presencia de ciertos
micronutrientes
. Históricamente, el micronutriente más relacionado ha sido
la vitamina C, pero no es el único micronutriente esencial para su
funcionamiento, son varios, y presentan funciones
sinérgicas basadas en su modo de acción complementario.

Para combatir los microorganismos patógenos, el elaborado sistema de defensa inmunitaria comprende barreras físicas y bioquímicas, células inmunes especializadas y anticuerpos que se dirigen específicamente al patógeno (ver Figura 1). El sistema inmunitario también ayuda a reparar el daño causado por parte de agentes externos, como contaminantes ambientales y toxinas innatas en los alimentos (por ejemplo, carotoxinas en zanahorias, persinas en aguacates, solanina en patatas y lectinas en las habas).

Cada etapa de la
respuesta inmune
depende de la
presencia de ciertos micronutrientes
, que tienen roles sinérgicos basados
​​en sus modos de acción complementarios. Primero, determinados micronutrientes
(p. ej., vitaminas A, D, C, E y zinc) son necesarios para garantizar la
integridad estructural y funcional de superficies externas e internas del
cuerpo (es decir, la piel y todas las membranas mucosas), que son las barreras
físicas. Estas barreras, junto a las barreras químicas, representan una primera
línea de defensa contra los patógenos invasores.

En los procesos de la inmunidad innata, como la diferenciación, la función, el movimiento
celular y la capacidad para crear una explosión oxidativa efectiva, depende de
cantidades adecuadas de vitaminas A, D, C, E, B6, y B12, ácido fólico, hierro,
zinc, cobre, selenio y magnesio. Del mismo modo, respuestas químicas como la activación del sistema del complemento y la
liberación de citoquinas proinflamatorias
requiere cierta cantidad de
vitaminas y minerales (en particular, vitaminas A, D y C, zinc, hierro y
selenio). La respuesta inflamatoria cierra la brecha entre la inmunidad innata
y la adaptativa, y está regulada por las vitaminas A, C, E, y B6, así como
hierro, zinc y cobre. Respuestas inmunes adaptativas depende nuevamente de la
presencia de una variedad de micronutrientes en todas las etapas (es decir,
proliferación, diferenciación y función linfocitaria, y procesos de inmunidad
humoral y celular). Al mismo tiempo, los
micronutrientes están involucrados en la autoprotección de las células inmunes

(a través de mecanismos antioxidantes, por ejemplo, vitaminas C y E, zinc,
hierro, magnesio, cobre y selenio), acciones inhibitorias (vitaminas D, B6 y E)
y eliminación de células deterioradas mediante apoptosis y eliminación
(limitación del daño tisular, por ejemplo, vitamina C).

El cuerpo puede perder micronutrientes cuando se expone a
patógenos
. La pérdida se exacerba durante una
infección activa (incluidas las vitaminas A, C y E, calcio, zinc y hierro), y
los niveles plasmáticos solo vuelven a la normalidad una vez que los síntomas
mejoran. Una ingesta adecuada de
nutrientes y micronutrientes es esencial para ayudar a la recuperación de la
infección
, lo que dificulta aún más el hecho de que la ingesta de alimentos
puede disminuir durante la enfermedad y que el uso de antibióticos y otros
fármacos también puede agotar ciertos micronutrientes.

Por ejemplo, los
niveles de vitamina C en plasma caen rápidamente a la mitad de su concentración
original durante una infección, a niveles indicativos de un estado subóptimo
con un riesgo de deficiencia (es decir, 50 mol/L ). Sin embargo, la alta
ingesta de vitamina C requerida para contrarrestar la caída de la concentración
después de la infección (dosis de gramos), o incluso simplemente para ayudar a
reducir el riesgo de infección (100–200 mg / día), puede ser difícil lograr
cuando algunos datos muestran que las personas a menudo no alcanzan la dosis
diaria recomendada actual de vitamina C (25–90mg / día, dependiendo de la edad).

Efectos de la suplementación sobre el riesgo de infección

Claramente, existe
una justificación para complementar la
ingesta dietética con micronutrientes
. Las vitaminas y minerales tienen
papeles variados en todas las etapas del sistema inmunitario y es probable que la respuesta inmune se vea afectada cuando
los niveles de micronutrientes son insuficientes.
Los datos sugieren que muchas
personas tienen una ingesta diaria inadecuada de micronutrientes, incluso
cuando los alimentos nutritivos son más fácilmente disponibles. Se ha
demostrado que suplementar la dieta con micronutrientes deficientes mejora varias
funciones y respuestas de las células inmunitarias.

Se debe considerar
la fuente del suplemento de micronutrientes buscando formas orgánicas que
mejoren la biodisponibilidad, sobre todo en los minerales.

Se han informado
beneficios en estudios individuales, que sugieren que los micronutrientes
pueden tener potencial para restaurar la resistencia a ciertos tipos de
infecciones.

Micronutrientes en la reducción del riesgo y tratamiento de las infecciones agudas

Vitamina A. Hay evidencia de baja a moderada de que la suplementación con vitamina
A (50,000–200,000 UI cada 4–6 meses) en niños puede reducir la incidencia de
diarrea y sarampión. Sin embargo, otros análisis en niños no encontraron que la
vitamina A redujera significativamente la incidencia de neumonía o infecciones
del tracto respiratorio inferior (ITR).

Vitamina D. Cinco metaanálisis de estudios en su mayoría de alta calidad
demostraron que la vitamina D (300–3653 UI/día) en adultos y niños puede
reducir el riesgo de ITR. Mejores resultados fueron logrados en aquellos con un
bajo nivel de vitamina D al comienzo del estudio. La evidencia respalda los
beneficios potenciales de los suplementos de vitamina D para reducir el riesgo
de ITR, tuberculosis e influenza en adultos y niños, aunque otros análisis no
encontraron tal efecto contra ITR o diarrea.

Existe un beneficio
potencial de suplementación con vitamina D en niños y adultos con tuberculosis,
gripe o ITR y una reducción de la duración de la hospitalización. No obstante,
hay datos inconclusivos de suplementación coadyuvante en tratamientos con antibiótico
en neumonías.

Vitamina C. Los efectos de la vitamina C en la reducción del riesgo de resfriado
común han sido debatidos durante mucho tiempo. Un análisis de estudios en su
mayoría de alta calidad determinó que no hubo reducción en la incidencia en la población
general, pero la suplementación con vitamina C (200 mg/día) en aquellos que se
someten regularmente a ejercicio físico intenso redujo la incidencia del
resfriado común en más de la mitad. Se ha informado de una reducción en el
riesgo de neumonía después de la suplementación con vitamina C en adultos y niños,
particularmente cuando la ingesta alimentaria fue baja (estudios de calidad
baja a moderada). Finalmente, se sugiere que la suplementación con vitamina C
(100 mg / día) durante el embarazo puede reducir el riesgo de infecciones del
tracto urinario.

La evidencia de
alta calidad demuestra que la suplementación con vitamina C (200 mg/día, o
dosis terapéuticas de 4–8 g/día) en adultos y niños con un resfriado común
pueden reducir significativamente su duración y gravedad, acortan el tiempo de
confinamiento y alivian los síntomas que incluyen dolor en el pecho, fiebre y
escalofríos. Los mayores beneficios se pueden ver en los niños, aunque no hay
ensayos terapéuticos que hayan analizado los efectos de la vitamina C en el
tratamiento del resfriado común en niños. En personas mayores con neumonía, la
vitamina C puede reducir significativamente la gravedad de la enfermedad y el
riesgo de muerte, especialmente si los niveles plasmáticos son bajos
inicialmente. La duración de la neumonía también puede ser reducida después de
suplementar con vitamina C en adultos, un efecto que depende de la dosis.

Zinc. En su mayoría, la evidencia de alta calidad indica que la
suplementación con zinc (5–50 mg/día) puede reducir la incidencia de otitis
media en niños pequeños. Existe una reducción en la incidencia de ITR después
de la suplementación con zinc (20-140 mg/semana) en niños. Un análisis de
estudios en su mayoría de alta calidad demostró que el riesgo de ITR o neumonía
y diarrea o disentería puede reducirse en niños después de la administración de
zinc. Sin embargo, el análisis de estudios de calidad baja a moderada no
encontró efecto protector de zinc (5 a 20 mg / día) contra el riesgo de ITR en
niños, aunque hubo una reducción en la mortalidad asociada con ITR o diarrea.

La duración del
resfriado común puede reducirse en adultos y niños después de la administración
de zinc >75 mg/día, pero no a dosis más bajas. El tipo de sal de zinc
utilizada también puede tener un efecto, con mayores beneficios con el acetato
y gluconato de zinc en comparación con otras sales de zinc. Sin embargo, la
suplementación de zinc (10-20 mg / día) no tuvo un efecto significativo sobre
el tiempo de recuperación de la neumonía grave.

Hierro. La evidencia moderada y alta indica que la suplementación con hierro
en niños reduce el riesgo de ITR, pero no el riesgo general de infección u
otras enfermedades como diarrea o parásitos.

Multinutrientes
(MMN).
En niños, los estudios de calidad baja a
moderada demuestran que la suplementación con MMN puede reducir el riesgo de
infección y reinfección por helmintos. La suplementación con MMN resultó en
significativamente menos episodios de infección en los adultos más jóvenes. En
adultos mayores, la suplementación con MMN redujo el número medio de días que
pasaron con infección, pero no pareció tener ningún efecto beneficioso sobre el
número total de episodios experimentados. La suplementación puede ser más
beneficiosa en adultos mayores si están desnutridos y suplementados durante más
de seis meses.

Aunque existen algunos datos contradictorios o de baja calidad, la evidencia general disponible sugiere que complementar la dieta con una combinación de múltiples nutrientes, inmunocompatibles, podría ayudar a optimizar la función inmune y reducir el riesgo de infección.

Claramente, los micronutrientes son una parte integral
del sistema inmune
, y el cuerpo necesita niveles óptimos para una función
inmune efectiva. Está bien establecido que las deficiencias manifiestas de
micronutrientes pueden afectar negativamente al sistema inmunitario y
predispone a las personas a infecciones. Es probable que las deficiencias
marginales también estén asociadas con un mayor riesgo de infecciones, aunque
el efecto puede ser menos pronunciado que los observados con deficiencias
manifiestas. La ingesta micronutricional es inadecuado en todo el mundo,
incluidos los países industrializados, lo que puede aumentar el riesgo de
infección.

Además, la
creciente evidencia sugiere que la ingesta aumentada de algunos micronutrientes
por encima de las RDA puede ayudar a optimizar o maximizar la función inmune y
así mejorar la resistencia a la infección. Así, existe una brecha entre la
ingesta dietética y los niveles para una función inmune óptima, lo que
proporciona una justificación para complementar la dieta con micronutrientes
para ayudar a apoyar el sistema inmunológico y reducir el riesgo de infección.

Los autores finalmente
concluyen que vale la pena seguir investigando en la eficacia de los
micronutrientes y suplementos de MMN que apoyan el sistema inmune en dosis
superiores a las RDA, especialmente porque tienen un costo relativamente bajo y
están fácilmente disponibles, y tienen el potencial de reducir la carga global
de infección.

Gombart AF, Pierre A, Maggini S. A Review of Micronutrients and the Immune System-Working in Harmony to Reduce the Risk of Infection. Nutrients. 2020 Jan 16;12(1).


Material suplementario:
Tabla “Impacto de las deficiencias de micronutrientes y su suplementación en las funciones inmunes”. DESCARGAR


La Micronutrición Básica

La
Micronutrición Básica:
CN Base (adultos) o Petit CN
Base (niños, mujeres embarazadas y lactantes), Omega Base y Amino Base,

aporta los conjuntos micronutricionales necesarios para un óptimo
funcionamiento del sistema inmunitario. En su composición se escogen los
micronutrientes más biodisponibles, bioidénticos y/o bioaccesibles por el
organismo, para facilitar la mayor impregnación de los micronutrientes en
tejidos y células.

CN Base es un complemento micronutricional compuesto por vitaminas en sus formas más activas y biodisponibles, minerales en forma de citratos y cantidades efectivas de coenzima Q10 y ácido R-lipoico. Entre las formas activas de las vitaminas del grupo B, se aporta riboflavina 5-fosfato (FMN), piridoxal 5-fosfato (PLP), L-metilfolato (5-MTHF) y las dos formas coenzimadas de la vitamina B12, la metilcobalamina, presente en las reacciones citosólicas y la dibencozida, presente en las reacciones mitocondriales.

Petit CN Base es un complemento micronutricional compuesto por vitaminas, minerales, colina, fructooligosacáridos de cadena corta con acción prebiótica y Saccharomyces boulardii con acción probiótica. Entre las vitaminas destacan las formas activas y más biodisponibles del ácido fólico (metilfolato), vitamina B12 (metilcobalamina y dibencozida), vitamina B6 (piridoxal 5-fosfato), vitamina B2 (riboflavina 5-fosfato), vitamina D (colecalciferol), etc. Contiene hierro aminoquelado y zinc en forma de gluconato, junto a otros minerales en forma de citratos. Los conjuntos micronutricionales básicos asociados con micronutrinutrientes específicos como la colina y los simbióticos permiten abordar con un solo producto las deficiencias micronutricionales más frecuentes y requerimientos aumentados en la población pediátrica y gestante.
Disponible en dos sabores: neutro y naranja.

La Micronutrición Básica del Laboratorio LCN no presenta contraindicaciones ni interacciones con significación clínica con los fármacos comúnmente administrados.

Protocolos micronutricionales para COVID-19

ADULTOS

Prevención

  • CN Base: 1-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas

Si se presentan síntomas, aumentar a:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas
  • CN2: 1-1-0 más de 20 minutos antes de las comidas

En personas de edad avanzada o con comorbilidades, consulte con su Delegado Comercial del Laboratorio LCN o contacte con info@laboratoriolcn.com

NIÑOS

Niños de 4-7 años:

Prevención

Cuando hay síntomas

Niños de 8-16 años:

Prevención

Cuando hay síntomas

Productos LCN

Posibles intervenciones para nuevo coronavirus en China: una revisión sistemática

Posibles intervenciones para nuevo coronavirus en China: una revisión sistemática

 

Posibles intervenciones para nuevo coronavirus en China: una revisión sistemática

Coronavirus COVID-19

El genoma de COVID ‐ 19 es un ARN monocatenario con una estructura genómica típica de coronavirus, perteneciendo al grupo de los β-coronavirus, como el SARS-CoV y el MERS-CoV. Actualmente, en ausencia de un tratamiento específico o vacuna para este nuevo virus, existe una necesidad urgente de encontrar una solución alternativa para prevenir y controlar la replicación y propagación del virus. Por ello se ha realizado una búsqueda con las palabras clave SARS, MERS y coronavirus y las opciones terapéuticas disponibles para el tratamiento de estos nuevos virus.

TRATAMIENTO GENERAL PARA INFECCIÓN VIRAL

Intervenciones nutricionales

Vitamina A
Hay tres formas activas de vitamina A en el cuerpo: retinol, retinal y ácido retinoico. La vitamina A también se llama vitamina antiinfecciosa y muchas de las defensas del cuerpo contra la infección dependen de una ingesta adecuada. La infección con el virus de la bronquitis infecciosa (IBV), un tipo de coronavirus, fue más pronunciado en pollos alimentados con una dieta marginalmente deficiente en vitamina A que en aquellos alimentados con una dieta adecuada en vitamina A. El mecanismo por el cual la vitamina A y los retinoides inhiben la replicación del virus del sarampión es el aumento de los elementos de la respuesta inmune innata en las células transeúntes no infectadas, lo que las hace resistentes a la infección durante las rondas posteriores de replicación viral.

Por lo tanto, la
vitamina A podría ser una opción prometedora para el tratamiento de este nuevo
coronavirus y la prevención de la infección pulmonar.

Vitaminas B
Las vitaminas B son vitaminas solubles en agua y funcionan como parte de las coenzimas. Cada vitamina B tiene sus funciones especiales. Por ejemplo, la vitamina B2 (riboflavina) desempeña un papel en el metabolismo energético de todas las células. La vitamina B3, también llamada nicotinamida, podría mejorar la eliminación de Staphylococcus aureus a través de un factor de transcripción específico mieloide. Además, el tratamiento con vitamina B3 inhibió significativamente la infiltración de neutrófilos en los pulmones con un fuerte efecto antiinflamatorio durante la lesión pulmonar inducida por el ventilador. La vitamina B6 es necesaria en el metabolismo de las células inmunitarias y juega un papel importante en la función inmune del cuerpo. Como la escasez de vitaminas B puede debilitar la respuesta inmune del huésped, deben complementarse en los pacientes infectados por el virus para mejorar su sistema inmunológico. Por lo tanto, las vitaminas B podrían elegirse como una opción básica para el tratamiento del COVID-19.

Vitamina C
La vitamina C es esencial para el sistema inmunitario y protege contra la infección causada por coronavirus. Por ejemplo, Atherton et al informaron que la vitamina C aumentó la resistencia de los cultivos de órganos traqueales de embriones de pollo a la infección por el coronavirus aviar. La vitamina C también puede funcionar como un agente antihistamínico débil para proporcionar alivio de los síntomas similares a los de la gripe, como estornudos, congestión nasal o senos nasales inflamados. Tres ensayos controlados en humanos informaron que hubo una incidencia significativamente menor de neumonía en los grupos suplementados con vitamina C, lo que sugiere que la vitamina C podría prevenir la susceptibilidad a las infecciones del tracto respiratorio inferior en ciertas condiciones. Se informó que el COVID-19 causa infección del tracto respiratorio inferior, por lo que la vitamina C podría ser una de las opciones efectivas para su tratamiento.

Vitamina D
La vitamina D estimula la maduración de muchas células, incluidas las células inmunes. Además, las personas que están confinadas en su hogar o institucionalizadas y quienes trabajan por la noche pueden tener deficiencia de vitamina D, al igual que muchas personas mayores, que tienen una exposición limitada a la luz solar. El COVID ‐ 19 se identificó por primera vez en el invierno de 2019 y afecta mayormente a personas de mediana edad y a personas mayores. Las personas infectadas por el virus pueden tener insuficiente vitamina D. Además, se ha informado que la disminución del estado de la vitamina D en los terneros causa la infección del coronavirus bovino. Por lo tanto, la vitamina D podría funcionar como otra opción terapéutica para el tratamiento de este nuevo virus.

Vitamina E
La vitamina E es una vitamina liposoluble e incluye tanto tocoferoles como tocotrienoles. Se ha informado que la deficiencia de vitamina E intensifica la lesión miocárdica de la infección por coxsackievirus B3 (un tipo de virus ARN) en ratones y aumenta su virulencia. Además, unos niveles subóptimos de vitamina E y D en terneros también causó la infección del coronavirus bovino.

Ácidos grasos poliinsaturados omega-3
Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPI) son mediadores importantes de la inflamación y las respuestas inmunes adaptativas. Los AGPI omega-3 y omega-6 promueven predominantemente los efectos antiinflamatorios y proinflamatorios. Son precursores de resolvinas/proteínas y prostaglandinas/leucotrienos, respectivamente. Begin et al habían estudiado los niveles de lípidos plasmáticos en pacientes con SIDA y encontraron una falta selectiva y específica de los AGPI de cadena larga de la serie omega-3, que se encuentran en altas concentraciones en los aceites de pescado. Además, la proteína D1, el mediador lipídico derivado de AGPI omega-3, podría atenuar notablemente la replicación del virus de la influenza mediante la maquinaria de exportación de ARN. Además, el tratamiento de la protectina D1 con peramivir podría rescatar completamente a los ratones de la mortalidad por gripe. Leu et al encontraron que varios AGPI también tenían actividades contra el virus de la hepatitis C (VHC). Por lo tanto, los AGPI omega-3, incluida la protectina D1, que sirvió como un nuevo fármaco antiviral, podría considerarse como una de las posibles intervenciones de este nuevo virus, COVID-19.

Selenio
La deficiencia nutricional afecta no solo la respuesta inmune sino también al virus en sí. Su deficiencia puede alterar un genoma viral haciendo que un virus normalmente benigno o levemente patógeno pueda volverse altamente virulento en el huésped deficiente. La deficiencia también induce no solo un deterioro del sistema inmunitario del huésped, sino también una rápida mutación de las variantes benignas de los virus ARN a la virulencia. Beck et al habían informado que la deficiencia de selenio no solo podía aumentar la patología de una infección por el virus de la gripe, sino también impulsar los cambios en el genoma del virus coxsackie, permitiendo que un virus avirulento adquiriera virulencia debido a la mutación genética. Esto se debe a que el selenio podría ayudar a un grupo de enzimas que, junto con la vitamina E, trabajan para prevenir la formación de radicales libres y prevenir el daño oxidativo de las células y los tejidos. Por lo tanto, la suplementación con selenio podría ser una opción efectiva para el tratamiento de este nuevo virus del COVID-19.

Zinc
El zinc es un oligoelemento dietético y es importante para el mantenimiento y desarrollo de las células inmunes del sistema inmunitario innato y adaptativo. La deficiencia de zinc produce disfunción de la inmunidad humoral y celular y aumenta la susceptibilidad a enfermedades infecciosas. El aumento de la concentración de zinc intracelular con ionóforos de zinc, como la piritiona, puede afectar de manera eficiente la replicación de una variedad de virus ARN. Además, la combinación de zinc y piritiona a bajas concentraciones, inhibe la replicación del coronavirus del SARS (SARS-CoV). Por lo tanto, el suplemento de zinc puede tener efecto no solo en los síntomas relacionados con el COVID-19, como la diarrea y la infección del tracto respiratorio inferior, sino también en el COVID-19 en sí.

Hierro
El hierro es necesario tanto para el huésped como para el patógeno y la deficiencia de hierro puede afectar la inmunidad del huésped, mientras que la sobrecarga de hierro puede causar que el estrés oxidativo propague mutaciones virales dañinas. Se ha informado que la deficiencia de hierro es un factor de riesgo para el desarrollo de infecciones agudas recurrentes del tracto respiratorio.


Potenciadores inmunes

Interferones
El IFN-α inhibe la replicación de coronavirus en animales y humanos. La investigación in vitro también demostró que los interferones tipo I, incluido el IFN-β, podrían inhibir la replicación del SARS-CoV. Sin embargo, se informó que el interferón-γ no posee actividad antiviral contra el coronavirus del SARS. Además, la combinación de interferón-α-2a con ribavirina administrada en pacientes con infección grave por MERS-CoV, mejoró la supervivencia de estos pacientes. Estos hallazgos sugieren que estos IFN aprobados también podrían usarse para el tratamiento de este nuevo coronavirus.

Gammaglobulina intravenosa
La gammaglobulina intravenosa (IgIV) se desarrolló por primera vez a fines de la década de 1970 y es probablemente el fármaco inmunomodulador más seguro disponible para uso a largo plazo en todas las edades. Sin embargo, tiene reacciones adversas. Durante el brote de SARS en 2003, la IgIV se utilizó ampliamente en Singapur. Sin embargo, un tercio de los pacientes críticos desarrollaron  tromboembolismo en venas incluyendo embolia pulmonar a pesar del uso profiláctico de heparina de bajo peso molecular.

Timosina α ‐ 1
La timosina α ‐ 1 (Ta1) es una hormona peptídica tímica y tiene una capacidad peculiar para restaurar la homeostasis del sistema inmune. Podría usarse como potenciador inmunitario para pacientes con SARS y fue eficaz para controlar la propagación de la enfermedad. La metilprednisolona se usó a menudo durante el tratamiento actual del COVID-19 pero se debe considerar el efecto secundario de la muerte de los timocitos inducida por los corticoides. Por lo tanto, es aconsejable usar timosina α1 antes de la administración de metilprednisolona.

Levamisol
El levamisol, un compuesto sintético de bajo peso molecular, es el primer miembro de una nueva clase de medicamentos que puede aumentar las funciones de la inmunidad celular en animales de laboratorio normales y sanos. Sin embargo, el levamisol puede actuar como un agente inmunoestimulante o un agente inmunosupresor, dependiendo de la dosificación y el momento. Por lo tanto, su uso clínico para el tratamiento del COVID ‐ 19 debe tomarse con cuidado.

Ciclosporina A
La ciclosporina A es un fármaco inmunosupresor muy importante y ha sido ampliamente utilizado en trasplantes y en el tratamiento de trastornos autoinmunes. Luo et al habían especulado que la proteína de la nucleocápside (NP) del SARS-CoV desempeñaba un papel importante en el proceso de ensamblaje y liberación de partículas virales y también podría unirse a la ciclofilina A humana inhibiendo su replicación. Además, la inhibición de las ciclofilinas por la ciclosporina A podría bloquear la replicación de coronavirus de todos los géneros, incluido el SARS-CoV y el virus de la bronquitis infecciosa aviar. Por lo tanto, los derivados no inmunosupresores de la ciclosporina A podrían servir como inhibidores de coronavirus de amplio rango aplicables contra el nuevo virus emergente COVID ‐ 19.

Medicina Tradicional China
La glicirricina es un componente activo de las raíces de regaliz en la medicina china. Cinatl et al habían informado que la glicirricina podría inhibir la replicación del virus asociado al SARS in vitro. La baicalina es un flavonoide aislado de Radix Scutellaria el cual tiene la capacidad de inhibir el SARS-CoV in vitro. Las saponinas de la hoja del ginseng podrían mejorar mucho las respuestas de anticuerpos específicos para el virus de la enfermedad de Newcastle y el virus de la bronquitis infecciosa. Por lo tanto, puede considerarse como una opción para mejorar la inmunidad del huésped contra la infección del COVID-19.

En resumen, el tratamiento general para la infección viral que incluye intervenciones nutricionales y todo tipo de potenciadores inmunes se ha utilizado para mejorar la inmunidad del huésped contra las infecciones por virus ARN. Por lo tanto, se pueden usar para combatir la infección por COVID-19 al corregir la linfopenia de los pacientes.

TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS DE CORONAVIRUS

Inhibidores de la proteasa coronaviral

Inhibidores de tipo quimotripsina (tipo 3C)

Cinanserina
La cinanserina es un antagonista del receptor de serotonina. Podría inhibir la proteasa 3 similar a la quimotripsina (similar a 3C) y fue un inhibidor prometedor de la replicación del SARS-CoV. También se encontró que el 3CLpro estaba codificado en el COVID-19. Por lo tanto, la cinanserina puede ser una mejor opción para el tratamiento de la infección por COVID-19.

Flavonoides
Los flavonoides tienen capacidades antivirales además de antioxidantes. Jo et al habían sugerido que la actividad anti-coronavirus de algunos flavonoides (herbacetina, roifolina y pectolinarina) se debía a la inhibición de la proteasa tipo 3C (3CLpro). También se descubrió que otros flavonoides (isobavachalcona, quercetina 3 β d‐glucósido y helicrisetina) pueden bloquear la actividad enzimática del MERS ‐ CoV / 3CLpro. Además, Ryu et al informaron que los biflavonoides de Torreya nucifera también trajeron el efecto inhibidor del SARS-CoV / 3CL (pro).

Inhibidores de la proteasa tipo papaína

La proteasa tipo papaína (PLP) del coronavirus humano es una nueva deubiquitinasa codificada por el virus y es un antagonista del IFN para la inhibición de la respuesta inmune antiviral innata del huésped.

Diarioheptanoides
Producto natural y se extrae de la corteza del tallo de Alnus japonica. Se descubrió que es capaz de inhibir la PLP del SARS-CoV.

Por lo tanto, la cinanserina junto con los flavonoides y otros compuestos naturales podrían elegirse como opciones para combatir la infección por COVID-19 a través de las proteasas coronavirales.

Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE2) de la proteína S (Spike)

ACE2 es una proteína de membrana integral tipo I que hidroliza eficazmente el potente vasoconstrictor angiotensina II a angiotensina y se ha implicado en la hipertensión, la función cardíaca y la diabetes. La ACE2 también es un receptor funcional de SARS-CoV y media la entrada del virus en la célula a través de la unión con la proteína S. La proteína S del SARS-CoV es una glicoproteína de superficie tipo I y es responsable de la unión a los receptores celulares y de la fusión de las membranas virales y del huésped. Zhou et al informaron que el COVID-19 utilizó la ACE2 como único receptor para la entrada, pero no utilizó otros receptores de coronavirus, aminopeptidasa N y dipeptidil peptidasa. El bloqueo de la unión de la proteína S a la ACE2 es importante para el tratamiento de la infección por SARS-CoV.

Anticuerpo monoclonal humano
Sui et al habían encontrado un anticuerpo monoclonal humano recombinante (mAb) contra el dominio S1 de la proteína S del SARS-CoV. El mAb podría neutralizar eficazmente el SARS-CoV e inhibir la formación de sincitios entre las células que expresan la proteína S y las que expresan el receptor ACE2 del SARS-CoV.

Cloroquina
Es un compuesto derivado de los géneros Rheum y Polygonum y también es un agente virucida. La emodina podría bloquear significativamente la interacción entre la proteína S del SARS-CoV y la ACE2. Por lo tanto, la emodina podría abolir la infección por SARS-CoV compitiendo por el sitio de unión de la proteína S con la ACE2.

Promazina
La promazina, comparte una estructura similar con la emodina. Se ha encontrado que exhibe un efecto significativo en la inhibición de la replicación de SARS-CoV. En comparación con la emodina, la promazina exhibió una inhibición potente de la unión de la proteína S a la ACE2. Estos hallazgos sugirieron que la emodina y la promazina podrían inhibir la infectividad del SARS-CoV al bloquear la interacción de la proteína S y la ACE2.

Nicotianamina
La nicotianamina es un ligando metálico importante en las plantas y es un inhibidor ECA2. Por lo tanto, es otra opción potencial para reducir la infección del COVID ‐ 19.

TRATAMIENTOS ANTIVIRALES

Ribavirina
Utilizado habitualmente para tratar la hepatitis C. Durante el brote de SARS en Hong Kong, la ribavirina se usó ampliamente en la mayoría de los casos con o sin el uso concomitante de esteroides. Sin embargo, un informe mencionó que la ribavirina no tenía actividad significativa contra el SARS-CoV in vitro y que su uso se asociaba a una toxicidad significativa, incluida la hemólisis (en 76%) y la disminución de la hemoglobina (en 49%). Sin embargo, Morgenstern et al informaron que la ribavirina y el interferón β inhibieron sinérgicamente la replicación del coronavirus asociado al SARS en las líneas celulares animales y humanas. En vista de las reacciones adversas y la falta de eficacia in vitro, el uso de ribavirina debe considerarse seriamente para el tratamiento del COVID-19, incluso en combinación con otros medicamentos antivirales.

Lopinavir / ritonavir (Kaletra)
La combinación de lopinavir con ritonavir se usa ampliamente como inhibidor de la proteasa potenciado en el tratamiento de la infección por VIH. El lopinavir (LPV) generalmente se combina con ritonavir (RTV) para aumentar la vida media del lopinavir mediante la inhibición del citocromo P450. Chu et al encontraron que el uso de LPV / RTV con ribavirina en el tratamiento del SARS se asoció con un mejor resultado. Con respecto a este nuevo virus, COVID-19, la terapia de combinación triple de Kim debe considerarse como una opción en la etapa temprana de la enfermedad.

Remdesivir
El Remdesivir inhibe el coronavirus humano y zoonótico in vitro y restringe el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) in vivo. Recientemente, se descubrió que la actividad antiviral del RDV y el IFN-β es superior a la del LPV/RTV-IFN-β contra el MERS-CoV in vitro e in vivo. Además, el RDV podría mejorar la función pulmonar y reducir las cargas virales pulmonares y la patología pulmonar severa en ratones, lo que era imposible para el LPV/RTV‐IFN ‐ β. Recientemente, se notificó un primer caso infectado con COVID-19 en los Estados Unidos y el uso de remdesivir se administró cuando el estado clínico del paciente empeoraba. Por lo tanto, el uso de RDV con IFN ‐ β podría ser una mejor opción para el tratamiento del COVID ‐ 19 en comparación con el de la combinación triple de LPV/RTV ‐IFN-β. Sin embargo, aún se necesitan ensayos aleatorios y controlados para determinar la seguridad y la eficacia de remdesivir.

Nelfinavir
El nelfinavir es un inhibidor selectivo de la proteasa del VIH, que es responsable del procesamiento postraduccional de los propéptidos del VIH. Yamamoto et al encontraron que el nelfinavir podría inhibir fuertemente la replicación del SARS-CoV. Por lo tanto, el nelfinavir también podría ser una opción para el tratamiento de COVID-19.

Arbidol
El arbidol es una molécula pequeña derivada del indol de fabricación rusa y tiene licencia en Rusia y China para la profilaxis y el tratamiento de la gripe y otras infecciones virales respiratorias. Se ha descubierto que el arbidol puede bloquear la fusión viral contra los virus de la gripe A y B, así como contra el virus de la hepatitis C. Además, se había informado que el arbidol y sus derivados, tenían actividad antiviral contra el patógeno del SARS en los cultivos celulares.

Óxido nítrico
El óxido nítrico (NO) es un gas con diversas actividades biológicas y es producido a partir de la arginina por las NO sintasas. El NO puede interactuar con el superóxido, formando peroxinitrito, que, a su vez, puede mediar las reacciones bactericidas o citotóxicas. Rossaint et al informaron que los efectos beneficiosos de la inhalación de NO podrían observarse en la mayoría de los pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda grave. También se descubrió que el NO inhibe la síntesis de proteínas virales y el ARN. Además, Akerström et al habían informado que el donante orgánico de NO, S-nitroso-N-acetilpenicilamina, podría inhibir significativamente el ciclo de replicación del SARS-CoV de una manera dosis dependiente. Por lo tanto, la inhalación de NO también podría elegirse como una opción para el tratamiento de pacientes con infección grave por COVID-19.

Tabla 1.- Cuadro resumen de los tratamientos para el COVID-19

OTROS COMPUESTOS

Ácido α-lipoico
El ácido α-lipoico (ALA), un compuesto que actúa como coenzima celular y se ha aplicado para el tratamiento de polineuropatías y trastornos hepáticos durante años. El ALA actúa como antioxidante y tiene capacidad para mejorar los niveles de glutatión intracelular y normalizar el estrés oxidativo. Curiosamente, Baur et al también encontraron que el ácido α-lipoico era efectivo para inhibir la replicación del VIH-1. En resumen, especulamos que ALA también podría usarse como una terapia opcional para este nuevo virus.

Estradiol y fitoestrógeno
Las mujeres, en general, presentan respuestas inmunes más sólidas a los desafíos virales que los hombres, lo que puede dar como resultado una eliminación del virus más eficiente. Los estudios epidemiológicos mostraron que los hombres experimentan una mayor tasa de incidencia y letalidad en comparación con las mujeres después de la infección por SARS-CoV. Wei et al también encontraron que los niveles séricos de prolactina, hormona foliculoestimulante y hormona luteinizante de pacientes con SARS, fueron significativamente más altos que los de los grupos de control, mientras que el estradiol, la hormona del embarazo y la hormona estimulante de la tiroides, fueron considerablemente más bajos que aquellos de controles normales. Curiosamente, se ha encontrado que los compuestos estrogénicos reducen la replicación del virus de la influenza A en las células epiteliales nasales humanas primarias derivadas de donantes femeninos, pero no masculinos. Además, se ha informado que el resveratrol, un fitoestrógeno de las semillas de uva y el vino tinto, es un potente agente anti-MERS in vitro. Por lo tanto, el 17β-estradiol o el fitoestrógeno también podrían ser una opción alternativa a considerar para el tratamiento del COVID-19.

Mucroporin ‐ M1
Es un péptido derivado del veneno de escorpión y tiene una actividad virucida de amplio espectro contra muchos virus, incluidos los virus de la gripe H5N1 y el SARS-CoV. Por lo tanto, este péptido también podría usarse para el tratamiento de la infección por COVID-19, así como para el nuevo diseño del fármaco dirigido al COVID-19.

Los autores han
encontrado que los tratamientos generales son muy importantes para mejorar la
respuesta inmune del huésped contra la infección viral por ARN. La respuesta
inmune a menudo se ha visto debilitada por una nutrición inadecuada en muchos estudios
con modelos animales, como en estudios en humanos. Sin embargo, el estado
nutricional del huésped, hasta hace poco, no se ha considerado como un factor
que contribuye a la aparición de enfermedades infecciosas virales. Por lo
tanto, se propone verificar el estado nutricional de los pacientes infectados
con COVID-19 antes de la administración de tratamientos generales. Los tratamientos
específicos de coronavirus y los tratamientos antivirales descritos, han sido muy
útiles para el tratamiento del SARS y el MERS. Los otros compuestos como el
ácido lipoico también deben elegirse como opciones complementarias para el
tratamiento.

Por lo tanto, los
autores sugieren que se implementen todas las posibles intervenciones para
controlar el COVID ‐ 19 emergente si la infección es incontrolable.

Zhang L, Liu Y. Potential interventions for novel coronavirus in China: A systematic
review
. J Med
Virol.
2020 May;92(5):479-490


La Micronutrición Básica y Específica y protocolos micronutricionales

La Micronutrición Básica: CN Base o Petit CN Base, Omega Base y Amino Base, aporta los conjuntos micronutricionales necesarios para un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario, control del estrés oxidativo e inflamación de bajo grado que provoca la tormenta de citoquinas en el COVID-19. En su composición se escogen los micronutrientes más biodisponibles, bioidénticos y/o bioaccesibles por el organismo, para facilitar la mayor impregnación de los micronutrientes en tejidos y células.

CN Base es un complemento micronutricional compuesto por vitaminas en sus formas más activas y biodisponibles, minerales en forma de citratos y cantidades efectivas de coenzima Q10 y ácido R-lipoico. Entre las formas activas de las vitaminas del grupo B, se aporta riboflavina 5-fosfato (FMN), piridoxal 5-fosfato (PLP), L-metilfolato (5-MTHF) y las dos formas coenzimadas de la vitamina B12, la metilcobalamina, presente en las reacciones citosólicas y la dibencozida, presente en las reacciones mitocondriales.

Omega Base aporta los ácidos grasos esenciales (LA, omega 6; ALA, omega 3) y condicionalmente esenciales (GLA, omega 6; DHA, omega 3) clave para el control de la inflamación, presente en los casos más graves de esta patología.

Amino Base aporta el conjunto de aminoácidos básicos, nucléotidos junto con la colina y el mio-inositol. Los nuleótidos son imprescindibles para la formación de anticuerpos, junto con los aminoácidos que ayudan a mantener un balance nitrogenado positivo.

La Micronutrición Específica: InmunoRespir y CN2, aportan micronutrientes concretos como N-acetilcisteína y quercetina necesarios para afrontar infecciones virales respiratorios y situaciones de distrés respiratorio.

La Micronutrición Básica y La Micronutrición Específica de LCN no presentan contraindicaciones ni interacciones con fármacos.

Protocolos micronutricionales para COVID-19

ADULTOS

Prevención:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas

Si se presentan síntomas, aumentar a:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-3-3 más de 20 minutos antes de las comidas
  • CN2: 1-1-0 más de 20 minutos antes de las comidas

En personas de edad avanzada o con comorbilidades consulte con su Delegado Comercial del Laboratorio LCN o contacta con info@laboratoriolcn.com

NIÑOS

Niños de 4-7 años:

Prevención:

Cuando hay síntomas:

Niños de 8-12 años

Prevención:

Cuando hay síntomas:

Productos LCN

LCN: Monográfico: Micronutrientes específicos para COVID-19

LCN: Monográfico: Micronutrientes específicos para COVID-19

 

Monográfico: Micronutrientes específicos para COVID-19

Los coronavirus son virus RNA con envoltura que causan enfermedades respiratorias de diversa gravedad, desde el resfriado común hasta la neumonía mortal.

Numerosos coronavirus, descubiertos en aves de corral domésticas en los años 1930, causan enfermedades respiratorias, gastrointestinales, hepáticas y neurológicas en animales. Únicamente se conocen 7 coronavirus causantes de enfermedad en los seres humanos.

La mayoría de las veces, 4 de los 7 coronavirus causan síntomas de resfriado común. Los tipos 229E y OC43 son los responsables del resfriado común. Se descubrieron los serotipos NL63 y HUK1, que también se asociaron con el resfriado común. En raras ocasiones se pueden producir infecciones graves de las vías respiratorias inferiores, incluida la neumonía, sobre todo en lactantes, personas mayores y personas inmunocomprometidas.

Tres de los 7 coronavirus causan infecciones respiratorias en los seres humanos mucho más graves e incluso a veces mortales que los demás coronavirus y han causado brotes importantes de neumonía mortal en el siglo XXI:

  • SARS-CoV-2 es un nuevo coronavirus identificado como la causa de la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19) que comenzó en Wuhan, China, a fines de 2019 y se ha diseminado por todo el mundo.
  • El MERS-CoV se identificó en 2012 como la causa del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
  • El SARS-CoV fue identificado en 2002 como la causa de un brote de síndrome respiratorio agudo grave (SARS).

Estos coronavirus que causan infecciones respiratorias graves son patógenos zoonóticos, que comienzan en animales infectados y se transmiten de los animales a las personas1.

Las enfermedades respiratorias se han asociado con un incremento del estrés oxidativo, y de una inflamación de los tejidos por la producción de leucotrienos y citoquinas proinflamatorias.

Existen factores dietéticos (micronutrientes y fitonutrientes) con un papel protector en el proceso oxidativo y la respuesta inflamatoria. Estos micronutrientestienen un importante papel en la incidencia, evolución y resolución de estas enfermedades. En particular, la vitamina C, la vitamina A, la vitamina D, el zinc, el ácido alfa lipoico, la N-acetilcisteína y polifenoles como la quercetina.

No existe actualmente evidencia procedente de ensayos clínicos controlados para recomendar un tratamiento específico para el coronavirus SARS-CoV-2 en pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19. Se debe individualizar el tratamiento2.

Algunos de los tratamientos actualmente prescritos

Específicos:

  • Lopinavir/Ritonavir
  • Cloroquina/Hidroxicloroquina

Sintomáticos

  • Paracetamol
  • Metamizol
  • Codeína
  • Acetilcisteína
  • Broncodilatadores (cámara)

Coadyuvante

  • Azitromicina
  • Levofloxacino
  • Amoxicilina
  • Claritromicina
  • Ceftriaxona
  • Doxiciclina
  • Moxifloxacino
  • Cefixima

+ Oxigenoterapia
+ Dormir en decúbito prono (boca abajo)

Micronutrientes con un papel imprescindible en el sistema inmunitario

Un estado micronutricional deficiente tiene efectos importantes en la salud, y pueden afectar negativamente a la inmunidad innata y adquirida, aumentando la susceptibilidad frente a infecciones tanto bacterianas como víricas.

Para optimizar la función inmunitaria y aumentar la resistencia del organismo frente a infecciones, puede ser que las ingestas de micronutrientes que se necesitan, sean mucho más altas que las VRN actuales.3,4

Cuando se realiza una investigación documental utilizando las principales fuentes y bases de datos biomédicas: Pubmed, Medline, The Cochrane Library, Google Scholar, con las siguientes palabras clave: vitamins, minerals, micronutrient, nutrient, treatment and COVID19, SARS-CoV-2, coronavirus y virus, los resultados de la búsqueda muestran (eliminado los fármacos y Medicina Tradicional China) que los micronutrientes más reportados son: vitamina A, vitamina C, vitamina D, zinc, N-acetilcisteína, ácido alfa lipoico y determinados flavonoides aislados como la quercetina y sus derivados.

Por ello se describen los micronutrientes más relevantes en la prevención y en el tratamiento como coadyuvantes en la infección por SARS-CoV-2 y otros virus respiratorios.

Vitamina A

La vitamina A está involucrada en la regulación del crecimiento y diferenciación de todas las células del organismo. Tiene un papel importante en el desarrollo embriónico, la formación de órganos durante el desarrollo fetal, función inmune, y el desarrollo de los ojos y la visión. La deficiencia de vitamina A es una causa mayor de ceguera evitable en el mundo, además de estar asociada con una susceptibilidad incrementada a infecciones, así como a desordenes de la tiroides y de la piel.5

En el sistema inmune juega un papel esencial en la respuesta innata contra las infecciones virales. Un estudio reciente reportó que una suplementación suficiente de vitamina A puede reducir tanto la mortalidad como la morbilidad relacionadas con enfermedades gastrointestinales infecciosas víricas6, como el norovirus. La suplementación con vitamina A puede modular la microbiota incrementando la abundancia relativa de Lactobacillus sp., los cuales vía IFN-β pueden inhibir la replicación de norovirus7.

La administración de vitamina A atenúa drásticamente la inflamación de las vías respiratorias mediante la inhibición de Th2 y la diferenciación de Th17. Su administración tiene efectos terapéuticos potenciales para reducir la inflamación de las vías respiratorias en pacientes asmáticos8.

Ayuda al mantenimiento de la primera barrera de defensa del organismo, piel y mucosas (intestinal, respiratoria), en condiciones adecuadas para evitar la entrada de patógenos e irritantes químicos o medioambientales. La deficiencia e insuficiencia está ampliamente presente tanto en países en desarrollo como en los países industrializados9. La deficiencia de vitamina A deteriora significativamente la IgA de la mucosa, que es la primera línea de defensa contra los virus en su punto de entrada. Varios han sugerido que las células dendríticas del tracto gastrointestinal y del epitelio del tracto respiratorio superior, producen retinaldehído deshidrogenasa (ALDH1A), que metaboliza los precursores de la vitamina A en ácido retinoico para mantener la inmunidad de la mucosa normal. Debido a la producción de IgA mediada por la vitamina A, existen las pruebas clínicas de suplementos de vitamina A intranasales en poblaciones con deficiencia para mejorar las respuestas inmunes de la mucosa frente a los patógenos del tracto respiratorio. Además, la suplementación de vitamina A cuando se administra por vía oral o intranasal, puede mejorar las respuestas cuando se administra en el momento de la vacunación10,11  como por ejemplo del virus de la influenza12.

La vitamina A junto con el zinc son dos factores micronutricionales que modulan muchas respuestas inmunes al regular la síntesis y secreción de anticuerpos13 ,14 y al mantenimiento de las superficies mucosas. Existe evidencia epidemiológica acumulativa sobre las deficiencias concurrentes de vitamina A y zinc en muchas poblaciones. Esto se debe en parte a muchas interacciones metabólicas entre el zinc y la vitamina A15. Además, se sabe que ambos nutrientes juegan un papel sustancial en el mantenimiento del epitelio gastrointestinal16. Por lo tanto, la producción de IgA puede verse influenciada negativamente por deficiencias de los nutrientes17.

Vitamina C

La vitamina C es un micronutriente con funciones pleiotrópicas relacionadas con la habilidad de donar electrones (actividad antioxidante). Promueve la síntesis de colágeno y protege a las membranas celulares del daño causado por los radicales libres, dando soporte a la integridad de la barrera epitelial22.  Esta vitamina contribuye a la defensa del organismo frente a infecciones dando soporte, regulando al alza y estimulando directamente varias funciones relacionadas con el sistema de defensa innato y adaptativo23.

Existe abundante literatura científica que relaciona la vitamina C con el tratamiento frente a varios virus24 como el virus influenza, la gripe aviar25, el herpes virus26 o el virus del zika27.

La vitamina C se acumula en las células fagocíticas, como los neutrófilos y pueden potenciar la quimiotaxis, fagocitosis, generación de ROS y finalmente la muerte de bacterias y virus. En los monocitos, los cuales son normalmente las primeras células del sistema inmune en movilizarse en la respuesta inmune frente a la inflamación; la vitamina C ha sido documentada en una concentración 80 veces mayor (8000%) que la concentración en plasma28.

La VRN es de 80 mg/día 29. Sin embargo, en la profilaxis de infecciones, se requieren ingestas dietéticas de vitamina C de 100-200 mg/día (valores más elevados que las VRN) para proporcionar niveles plasmáticos adecuados, y así optimizar los niveles en células y tejidos30. En el tratamiento de infecciones ya establecidas, se requieren dosis aún más altas (posiblemente alrededor de varios gramos al día)31 para compensar el aumento de la respuesta inflamatoria y la demanda metabólica 24.

Un estudio aleatorizado doble ciego realizado en 57 personas de edad avanzada que eran hospitalizadas por infecciones agudas respiratorias (bronquitis y bronconeumonía), las que recibieron 200 miligramos de vitamina C al día mostraron una mejor recuperación que las que recibieron un placebo32.

En un metaanálisis realizado en el 2019 sobre estudios realizados con vitamina C intravenosa administrados en pacientes críticos, se determinó que la administración de vitamina C reducía la ventilación mecánica y el ratio de mortalidad. La cantidad de vitamina C utilizada en los estudios oscilaba en una media de 3-10 g33.

En los pacientes críticos de COVID-19, se han estudiado varias intervenciones farmacológicas complementarias con acción inmunomoduladora como los macrólidos, corticosteroides, inhibidores de la ciclooxigenasa-2, sirolimus, estatinas y vitamina C34.

Estudios en cultivos celulares y modelos animales han demostrado que la vitamina C modifica la susceptibilidad a diversas infecciones bacterianas y virales, protegiendo incluso del coronavirus aviar.

Los estudios controlados con placebo realizados en humanos han demostrado de manera bastante consistente que la duración y gravedad de los episodios de resfriado común se reducen en los grupos de que tomaban vitamina C. También existe evidencia que la vitamina C puede reducir la infección por neumonía35. En particular 3 estudios controlados reportaron una incidencia significativamente menor de neumonía36, en los grupos suplementados con vitamina C, lo que sugiere que la vitamina C puede afectar a las infecciones del tracto respiratorio.

Zinc 

El zinc es un componente estructural de más de 750 factores de transcripción que contienen dedos de zinc que permiten la transcripción de genes, y es un catalizador de aproximadamente 2000 enzimas, que abarca las 6 clases (hidrolasa, transferasa, oxido-reductasa, ligasa, liasa e isomerasa). Por lo tanto, el zinc es biológicamente esencial para muchos procesos celulares, incluidos el crecimiento y el desarrollo, como la síntesis de ADN y la transcripción de ARN38.

Se estima que la prevalencia global de deficiencia de zinc varía entre el 17% a 20%39, con la gran mayoría en países en desarrollo de África y Asia. Aunque significativamente menos común en países desarrollados, la deficiencia de zinc puede observarse con frecuencia en los ancianos, los veganos/vegetarianos e individuos con enfermedades crónicas como cirrosis hepática40 o enfermedad inflamatoria intestinal41.

Es importante destacar que la deficiencia de zinc resulta en un compromiso del sistema inmunitario, como lo demuestra la atrofia tímica, la linfopenia y las respuestas imperfectas de los linfocitos en estudios realizados con animales42. El zinc contribuye a la formación de anticuerpos33,43.

Pocos estudios han examinado los efectos antivirales del zinc en virus respiratorios. La replicación in vitro de la influenza se inhibe significativamente mediante la adición del ionóforo de zinc pirrolidina ditiocarbamato44, tal vez a través de la inhibición de la ARN polimerasa dependiente de ARN (RdRp), como se había sugerido 30 años antes45. De forma similar, el virus del SARS coronavirus se inhibió por zinc en células Vero-E646.

Los pacientes con infecciones respiratorias altas pueden acortar la duración y severidad de los síntomas con altas dosis de vitamina C y con mayor ingesta de zinc en el comienzo de los síntomas47. Los iones de zinc son agentes antimicrobianos efectivos incluso a bajas concentraciones.

La administración de zinc (especialmente gluconato y citrato de zinc), nutriente decisivo en el resfriado común, acorta los días con síntomas característicos de resfriado y se presentan con menor severidad.

Se ha documentado que la suplementación con zinc reduce los marcadores del estrés oxidativo (especies reactivas al oxígeno). Su suplementación resulta en una disminución de la generación de citoquinas proinflamatorias regulando al alza la A20, un factor de transcripción que inhibe el NF-KB48.

A largo plazo, el zinc junto con selenio reduce la frecuencia y severidad de las infecciones respiratorias y algunas de las respuestas inadecuadas a la vacunación49.

La cloroquina y hidroxicloroquina, son fármacos actualmente utilizados para el tratamiento de los coronavirus (SARS, SARS- Cov-2), junto con antibióticos como la azitromicina50. La hidroxicloroquina y la cloroquina son conocidas por ser ionóforos de zinc. Es decir, que actúan abriendo una puerta de entrada de zinc al interior de la célula51. La triada Hidroxicloroquina, azitromicina y zinc, podría ser una tríada adecuada para tratar la enfermedad, aunque se necesita más tiempo para poder confirmarlo47.

Parece ser que la cloroquina fosfato incrementa el pH endosomal e interfiere con la terminación glicosilada, con lo cual, el virus no puede sobrevivir53,54. Paralelamente se ha reportado que altas concentraciones intracelulares de zinc, pueden inhibir las RNA polimerasas del virus y otras proteínas esenciales para completar las diferentes fases del ciclo de vida del virus55.

Independientemente de la hipótesis de que ciertos tratamientos farmacológicos como los IECA/ARA II o el ibuprofeno y otros AINEs pueden empeorar la situación de los infectados por el SARS-CoV-2, por una sobreexpresión del receptor ECA2, cabe recordar que los tratamientos farmacológicos crónicos pueden deplecionar los niveles micronutricionales del paciente. Más concretamente, la administración de IECAs, reducen los niveles de zinc56,57,58 (incrementa su excreción urinaria) y pueden inducir síntomas del tracto respiratorio superior por la acumulación de bradiquinina59.

Ácido alfa lipoico

El ácido alfa lipoico (AL) es un potente antioxidante con actividad insulino-mimética y antiinflamatoria. El AL procedente de la dieta se absorbe rápidamente, se transporta a los compartimentos intracelulares y se reduce a ácido dihidrolipoico (ADHL) bajo la acción de enzimas. El LA, que desempeña un papel esencial en las reacciones bioenergéticas mitocondriales y ha llamado mucho la atención como antioxidante para su uso en el manejo de complicaciones diabéticas como la retinopatía, la neuropatía y otras enfermedades vasculares60.

Estudios realizados in vivo muestran que el AL podría disminuir la producción excesiva de superóxido por parte de linfocitos, macrófagos alveolares y neutrófilos en pacientes con fibrosis pulmonar idiopática61 .

Uno de los síntomas de infección por SARS-CoV-2 es la anosmia y ageusia de forma repentina y duradera. Las dosis orales de 600 mg/día de AL pueden revertir la pérdida del olfato debido a infecciones del tracto respiratorio superior. Los posibles mecanismos que explican esta reversión incluyen la liberación del factor de crecimiento del nervio y el efecto antioxidante. Ambos se muestran positivos en la regeneración de las neuronas receptoras olfativas62.

La lesión pulmonar aguda (ALI por sus siglas en inglés, acute lung injury), una complicación crítica frecuente en paciente con sepsis o infección, muestran un elevado ratio de mortalidad (entre 30 y 40%) a pesar de las técnicas avanzadas de soporte utilizadas63. De momento, no existe un tratamiento efectivo y bien establecido para el ALI. El ALI se caracteriza por daño en el sistema capilar alveolar y un incremento de la permeabilidad vascular pulmonar, resultando en edema pulmonar, hipoxia e infiltración de neutrófilos polimorfonucleares en el espacio alveolar, el cual finalmente deteriora la función respiratoria64. La inflamación incontrolada y sostenida tiene un papel importante en la patogénesis del ALI. Por ello, la supresión del sistema inmune innato que media la respuesta inflamatoria excesiva, así como la tormenta de citoquinas generada, podría atenuar la progresión del ALI.

El AL ha demostrado tener una actividad antioxidante y antiinflamatoria mediante la inhibición de la liberación de citoquinas proinflamatorias, óxido nítrico y especies reactivas al oxígeno. Recientemente se ha demostrado que el ácido alfa lipoico, puede regular al alza la expresión de la hemooxigenasa-1 (HO-1), una proteína de respuesta al estrés65. La HO-1 tiene efectos protectores frente a la citotoxicidad del estrés oxidativo, inflamación y apoptosis porque induce la expresión del factor de transcripción nuclear Nrf266 y suprime la respuesta inflamatoria mediada por NF-KB.67

El factor NF-kB es un factor de transcripción nuclear inducible que desempeña un papel central en la regulación de la transcripción de varios genes, incluidos los que codifican las citocinas proinflamatorias, como TNF-α, IL-6, moléculas de adhesión y mediadores proinflamatorios adicionales involucrados en sepsis severa, shock séptico, síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) y daño pulmonar agudo68. El daño pulmonar aguda se caracteriza por la acumulación de una gran cantidad de neutrófilos en los pulmones, aumento de la generación de especies reactivas de oxígeno, especies reactivas de nitrógeno y un aumento de la producción de citocinas proinflamatorias. Aunque bajas concentraciones de radicales libres son moléculas de señalización importantes que median en la base de actividades celulares, concentraciones superiores de ellas pueden inducir lesión celular y muerte69. Algunos estudios experimentales sugieren que el exceso de estrés oxidativo desencadena un proceso apoptótico en las células derivando al daño pulmonar. Por tanto, se plausible que el uso de agentes que inhiben o eliminan la generación excesiva de radicales, puedan utilizarse en el SDRA y el daño pulmonar agudo. El LA ha mostrado en modelos animales, efectos beneficiosos al disminuir la activación de NF-kB en tejidos pulmonares, resultando en una disminución de los niveles séricos de citoquinas inflamatorias como TNF-α e IL-6, y también aumentando la capacidad antioxidante de los pulmones.70

En un estudio llevado a cabo en modelos animales con ácido alfa lipoico y zinc, ha corroborado el mismo mecanismo de acción (incremento de la expresión de la vía Nrf2 e inhibición de la vía NF-ΚB), sugiriendo que su administración podría ser un nuevo agente profiláctico para el ALI.71  En otro estudio reciente realizado en células epiteliales gástricas infectadas por Helicobacter pylori, se llegó a la conclusión que el ácido lipoico activa la vía Nrf2/HO-1 disminuyendo la interacción entre Nrf2 y KEAP1 y por tanto, reduciendo las especies reactivas al oxígeno y la expresión de la citoquina proinflamatoria IL-872.

N-acetilcisteína

La N-acetilcisteína (NAC) es un precursor del aminoácido L-cisteína que incrementa la biosíntesis de glutatión, actúa como antiinflamatorio y mucolítico. Se utiliza para tratar diversos desórdenes como el síndrome de ovarios poliquísticos, toxicidad por paracetamol, bronquitis crónica, colitis ulcerosa, cáncer hepático, hemodiálisis, asma y recuperación muscular entre otros73.

El NAC ha demostrado tener un efecto positivo sobre el curso clínico de la EPOC. Un estudio realizado en 1.392 pacientes encontró que el NAC redujo la viscosidad de la flema expectorada, reduce la gravedad de la tos, y mejora la facilidad de la expectoración en 80, 74, y 71 por ciento de los pacientes, respectivamente, después de dos meses de tratamiento. El estudio también informó «mejoras marcadas» en los pitidos, crepitantes, disnea, cianosis e insuficiencia cardíaca asociada después de uno o dos meses de terapia74. El NAC mejora los síntomas, las exacerbaciones y la evolución de la EPOC y la fibrosis pulmonar.

La producción de radicales libres en las células respiratorias aumenta cuando se infectan con virus patógenos, y el estrés oxidativo se acompaña de una mayor producción de una variedad de mediadores inflamatorios. Se ha demostrado que el NAC desempeña un papel protector en el aumento de la resistencia frente al virus de la gripe. El virus de la influenza aumentó la producción de radicales libres en las células epiteliales y activó el factor de transcripción NF κB. La cascada realizada por el estrés oxidativo, que a su vez provoca la activación de NF κB y la liberación de IL ‐ 8, puede ser bloqueada por el NAC de forma dosis dependiente75.

El NAC mejora la inmunidad celular y reduce la incidencia y gravedad de las infecciones gripales. En comparación con el placebo, el NAC atenuó drásticamente la enfermedad de la influenza en una población de adultos mayores que participaron en un estudio doble ciego aleatorizado y controlado con placebo durante un período de 6 meses. Los 262 participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir ya sea NAC en la una dosis de 600 mg dos veces al día o placebo, comenzando desde antes y durante la temporada de influenza 1991 a 1992. Aunque ambos grupos tuvieron tasas similares de seroconversión del virus H1N1, los pacientes que tomaron NAC eran mucho menos propensos a tener la enfermedad gripal clínica (29% del grupo NAC en comparación con 51% del grupo placebo). Además, los episodios de enfermedad gripal clínica, que se produjeron en los pacientes tratados con NAC fueron, en promedio, mucho menos graves. La inmunidad celular mejoró en el grupo NAC, mientras que la inmunidad en el grupo placebo se mantuvo sin cambios.

Se ha demostrado que el NAC inhibe la replicación de los virus de la gripe A humana estacional. El NAC también disminuyó la producción de moléculas proinflamatorias (CXCL8, CXCL10, CCL5 e interleucina-6 (IL-6)) en células infectadas con H5N1 y redujo la migración de monocitos hacia las células infectadas con H5N1. Los mecanismos antivirales y antiinflamatorios de NAC incluyeron la inhibición de la activación de vías sensibles a oxidantes, incluido el factor de transcripción NF-kB y la proteína quinasa activada por mitógeno p38. El NAC inhibe la replicación de H5N1 y la producción inducida por H5N1 de moléculas proinflamatorias. Por lo tanto, los antioxidantes como el NAC representan una opción de tratamiento adicional potencial que podría considerarse en el caso de una pandemia del virus de la influenza A76.

N-acetilcisteína (NAC) + Ácido álfa lipoico (AL) + Vitamina C

El AL y NAC han demostrado su capacidad para restaurar los niveles de glutatión intracelular, restaurar el balance oxidante-antioxidante, y tener acciones antiinflamatorias y detoxificantes, lo que podría explicar estos efectos positivos en las neumopatías crónicas. El mantenimiento de altos niveles intracelulares de glutatión reducido (GSH) puede considerarse crucial en proporcionar un entorno reductor dentro de la célula, capaz de proteger del estrés oxidativo.

El glutatión, aparte de su gran protagonismo como principal baluarte de la defensa antioxidante, ha demostrado presentar diversos efectos a nivel inmunológico, tanto en la estimulación como en la inhibición de la respuesta a fin de controlar la inflamación77 y recientemente se ha demostrado su implicación -por deficiencia- en el mecanismo inflamatorio de la fibrosis quística y en diversas afecciones broncopulmonares que cursan con inflamación78.

El mecanismo de acción antioxidante de la vitamina C implica que L-ascorbato es convertido a su forma oxidada, L-dehidroascorbato, forma que puede ser reducida de nuevo a la forma activa por medio de diferentes enzimas y glutatión; sin glutatión, el dehidroascorbato no puede revertir a la forma activa. Por tanto, NAC, ácido lipoico y vitamina C actúan en equipo, mejorando la capacidad antioxidante del organismo, principalmente en las patologías crónicas con niveles reducidos de glutatión, como son las enfermedades respiratorias crónicas79.

Existen ciertos nutracéuticos como el AL, NAC, selenio y zinc que podrían ayudar a disminuir la inflamación pulmonar que es desarrollada por los virus de ARN, mejorando la respuesta de interferón tipo 1 a estos virus, que es el principal método para ayudar a crear anticuerpos para combatir las infecciones virales80.

Quercetina

La quercetina es uno de los flavonoides que más está presente en los alimentos que ingerimos (cebollas, ajos, manzanas…). Una de las funciones de los flavonoides como la quercetina es actuar como antioxidante.

En un estudio realizado para el diseño de fármacos asistido por ordenador, se encontró en el puesto número 5 que la quercetina podría evitar la entrada del virus en las células, bloqueando el receptor ACE281.

Otro estudio de diseño de fármacos asistido por ordenador que aún no se ha revisado por pares también demostró que la quercetina y otros compuestos naturales pueden ser prometedoras en la enfermedad del COVID 19, al bloquear el ingreso del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a las células82.

No es la primera vez que se analizan los efectos de la quercetina frente a los virus. En el 2004, por ejemplo, se demostró que la quercetina podía bloquear la entrada del SARS en las células83. El SARS, utiliza el mismo receptor que el SARS-CoV-2, el receptor ARCE2. Y otro estudio realizado en el 2012, también lo demostró los mismos hallazgos84.

En estudios in vitro, la quercetina inhibe eficazmente la liberación de histamina e IgE mediadores inflamatorios de los mastocitos en el tejido pulmonar.

La quercetina bloquea la conversión de ácido araquidónico en prostaglandinas y leucotrienos proinflamatorios. Tiene una acción antihistamínica ya que inhibe la degranulación de los mastocitos y la posterior liberación de histamina, por lo que resulta un componente útil en caso de rinitis alérgica o asma. También inhibe la liberación de IL-6, IL-8, TNF-α y la triptasa de los mastocitos.

Posee una acción antiinflamatoria, por la inhibición de la COX-2 y una menor expresión de la proteína C reactiva. Mejora los síntomas de las enfermedades respiratorias crónicas porque puede atenuar la respuesta inflamatoria y mejorar la respuesta inmune a través de la inhibición de las enzimas productoras de prostaglandinas proinflamatorias.

Depleciones micronutricionales causadas por fármacos comúnmente utilizados durante la infección SARS-CoV-2 

  • Salbutamol, terbutalina, salmeterol, formoterol…, afectan a: vitamina B6, vitamina D, calcio y magnesio.89
  • Antibióticos, afectan al equilibrio de la microbiota (Bifidobacterias, Lactobacillus), biotina, inositol, vitamina K, calcio.90,91
  • Corticosteroides, afectan a: vitaminas C, D, calcio, potasio, zinc, cromo y selenio.92,93,94,95
  • Paracetamol afecta a: los niveles de glutatión. Es muy útil asociar el NAC al paracetamol y a los antiinflamatorios, principalmente en personas mayores y/o polimedicadas, para evitar el daño hepático, frecuente en estos casos.96,97
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE), afectan a: vitamina C, folatos, hierro y potasio. 83
  • Salicilatos, afectan a: calcio, hierro, potasio, sodio, vitamina C, folatos.83

La Micronutrición Básica y Específica

La Micronutrición Básica es el aporte de micronutrientes imprescindibles, en conjuntos equilibrados y a dosis fisiológicas, para el correcto funcionamiento celular y metabólico del organismo, imprescindibles para la vida.

En determinadas situaciones o patologías, La Micronutrición Básica debe reforzarse con otros micronutrientes concretos o elevar en mayor proporción alguno de los que ya contiene, reforzando la suplementación con La Micronutrición Específica.

Dada la evidencia demostrada por los micronutrientes descritos en los estudios y en la práctica clínica, y la ausencia de efectos secundarios e interacciones farmacológicas con significación clínica, Laboratorio LCN propone un refuerzo micronutricional concreto con vitamina C, vitamina A, zinc, N-acetilcisteína, ácido R-lipoico, y quercetina. Estos micronutrientes están presentes en La Micronutrición Específica, que junto a los micronutrientes de La Micronutrición Básica imprescindibles, ayuda a:

  • Fortalecer la primera barrera de defensa del organismo.
  • Aportar el arsenal micronutricional adecuado a las células del sistema inmune, para que puedan trabajar al máximo rendimiento.
  • Reducir el riesgo de infecciones respiratorias.
  • Atenuar los síntomas y acortar el curso de las infecciones respiratorias.
  • Evitar en las infecciones respiratorias, el exceso de inflamación y las complicaciones pulmonares y de otros órganos como corazón, hígado y riñón.

La Micronutrición Básica y La Micronutrición Específica de LCN no presentan contraindicaciones ni interacciones con significación clínica con fármacos comúnmente administrados.

Protocolos micronutricionales para COVID-19

ADULTOS

Prevención:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-0-3 más de 20 minutos antes de las comidas

Si se presentan síntomas, aumentar a:

  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-3-3 más de 20 minutos antes de las comidas
  • CN2: 1-1-0 más de 20 minutos antes de las comidas

En personas de edad avanzada o con comorbilidades, consulte con su Delegado Comercial del Laboratorio LCN o contacte con info@laboratoriolcn.com

NIÑOS

Niños de 4-7 años:

Prevención:

Cuando hay síntomas:

Niños de 8-12 años:

Prevención:

Cuando hay síntomas:


Referencias bibliográficas

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Productos LCN

LCN: Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

LCN: Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección
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Newsletter. Una revisión de micronutrientes y sistema inmune: trabajar en armonía para reducir el riesgo de infección

La respuesta inmunitaria depende de la presencia de ciertos micronutrientes. Históricamente, el micronutriente más relacionado ha sido la vitamina C, pero no es el único micronutriente esencial para su funcionamiento, son varios, y presentan funciones sinérgicas basadas en su modo de acción complementario.
Para combatir los microorganismos patógenos, el elaborado sistema de defensa inmunitaria comprende barreras físicas y bioquímicas, células inmunes especializadas y anticuerpos que se dirigen específicamente al patógeno.
LEER EL ARTÍCULO COMPLETO

Efectos de la suplementación sobre el riesgo de infección

Existe una justificación para complementar la ingesta dietética con micronutrientes. Las vitaminas y minerales tienen papeles variados en todas las etapas del sistema inmunitario y es probable que la respuesta inmune se vea afectada cuando los niveles de micronutrientes son insuficientes.
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Micronutrientes en la reducción del riesgo y tratamiento de las infecciones agudas

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La Micronutrición Básica

La Micronutrición Básica: CN Base (adultos) o Petit CN Base (niños, mujeres embarazadas y lactantes), Omega Base y Amino Base, aporta los conjuntos micronutricionales necesarios para un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario. En su composición se escogen los micronutrientes más biodisponibles, bioidénticos y/o bioaccesibles por el organismo, para facilitar la mayor impregnación de los micronutrientes en tejidos y células.
La Micronutrición Básica del Laboratorio LCN no presenta contraindicaciones ni interacciones con significación clínica con los fármacos comúnmente administrados.

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Prevención
  Si se presentan síntomas, aumentar a:
  • CN Base: 2-0-0 durante las comidas
  • InmunoRespir: 3-3-3 más de 20 minutos antes comidas
  • CN2: 1-1-0 más de 20 minutos antes comidas 
En personas de edad avanzada o con comorbilidades consulte con su Delegado Comercial del Laboratorio LCN o contacta con info@laboratoriolcn.com
 
Consulte aquí la pauta micronutricional COVID- 19 para niños

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